La transición energética en Europa: la necesidad de un enfoque coherente en torno a las materias primas

Siemens Gamesa ha realizado recientemente un análisis -el primero en la industria eólica- que calcula cuántas materias primas necesitaría el sector para alcanzar los objetivos de la transición energética en Europa. Jochen Eickholt CEO de Siemens Gamesa Renewable Energy ha publicado un artículo en el que recoge algunas de las principales conclusiones de este informe.

 

En la actualidad, Europa cuenta con una capacidad eólica instalada de 190 GW. Puede parecer mucho, pero no es suficiente si se tiene en cuenta que el año pasado la energía eólica cubrió solo el 15% de la demanda de electricidad de la Unión Europea. La UE ha dejado muy claro que las energías renovables son el futuro:

  • En 2019, la Comisión Europea lanzó el Pacto Verde Europeo y dio paso a una nueva era en la que el crecimiento económico está ligado a la necesidad de reducir nuestra huella de carbono.
  • Con la Ley Europea del Clima, la UE dio un paso más y convirtió la neutralidad climática para 2050 en un objetivo legalmente vinculante. La importancia de este paso es innegable.
  • Cuando Rusia inició su guerra de agresión contra Ucrania, la UE fue más allá al anunciar su plan REPowerEU en mayo de 2022, esta vez con vistas a garantizar la seguridad e independencia energéticas.

REPowerEU establece el objetivo de contar con una capacidad eólica de 510 GW para 2030. Para alcanzar esta meta, prácticamente habrá que triplicar el volumen actual de capacidad eólica instalada. El volumen de recursos y materias primas necesarios para conseguir dicho objetivo y la transición energética en su conjunto para 2050 es considerable.

Un examen más profundo de los números:

Siemens Gamesa ha llevado a cabo un análisis, el primero de este tipo en el sector, que calcula los volúmenes exactos de materiales y capacidades de fabricación que necesitaría el sector eólico para cumplir los objetivos establecidos para 2050. La metodología en la que se basan los cálculos es sencilla: la energía requerida se dividió por el número de aerogeneradores necesarios para generarla. El resultado obtenido se multiplicó por el número total de recursos y componentes que se emplean en la fabricación de cada turbina, lo que dio como resultado el volumen total de materias primas necesarias.

Para realizar estos cálculos el estudio de Siemens Gamesa se ha basado en aerogeneradores terrestres del modelo SG 6.6-170 (de la plataforma Siemens Gamesa 5.X) y en aerogeneradores marinos del modelo SG 14-222 DD de Siemens Gamesa

Para fabricar los aerogeneradores terrestres y marinos previstos, se necesitarían:

  • 120 Mt de acero hasta 2050, lo que equivale únicamente al 6% de la producción mundial de acero en un solo año.
  • 6,5 Mt de fibra de vidrio y 1,6 Mt de fibra de carbono. De estos materiales no hay datos disponibles del volumen mundial de producción en 2021.
  • 1,3 Mt de cobre, lo que representa el 5% de la producción anual.
  • 0,8 Mt de aluminio. Con una producción mundial anual de 68 Mt, la cantidad de aluminio requerida representaría el 1% de esta producción.
  • 0,1 Mt de tierras raras. Estamos ante la materia prima más limitante pues esta cantidad representa un 36% de la producción mundial.

El actual reto al que se enfrenta la industria eólica es el suministro de estos materiales debido a la escalada de los precios de la energía, las materias primas y el transporte. Esta situación es consecuencia de la pandemia, una inflación galopante y la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. A esto se añade el aspecto geológico, ya que varias de estas materias primas, como los elementos de tierras raras, sólo están disponibles en un escaso número de regiones del mundo, lo que dificulta su acceso. Sin embargo, el informe de Siemens Gamesa concluye que todos estos retos se pueden superar.

Un enfoque coherente para el suministro de materias primas y el desarrollo de cadenas de suministro competitivas

El análisis ofrece una revelación sorprendente. Si bien la cantidad de materias primas que necesitamos es relativamente baja teniendo en cuenta los volúmenes de producción anuales, el entorno de mercado es cada vez más complejo.

Por un lado nos encontramos con los mercados saturados, que incluyen materiales como el acero, el aluminio y el cobre, que emergieron rápidamente en las últimas décadas y se mantuvieron estables hasta el terremoto que ha sacudido la cadena de suministro en los dos últimos años. Esas perturbaciones han hecho cada vez más difícil el acceso a estos materiales a precios competitivos.

En segundo lugar están los mercados en crecimiento, fibra de carbono, acero verde, etc., que deben seguir desarrollándose en los próximos años para aumentar su capacidad hasta el nivel que la transición energética requiere. Para ello se necesitan políticas firmes que ayuden a canalizar la inversión hacia estos mercados en crecimiento, para que puedan aumentar su producción.

Y, por último, están los mercados protegidos, que incluyen los 17 elementos de tierras raras. Su presencia en la corteza terrestre es limitada y son muy importantes para la industria eólica, porque tienen propiedades únicas que son críticas para algunos modelos de aerogeneradores marinos.

El sector eólico europeo está preparado para producir los aerogeneradores que se necesitan. Sin embargo, el aumento de la capacidad requerirá importantes inversiones en todas las fases del proceso, especialmente en lo que respecta a la obtención de las materias primas. Hay que mirar más allá de estos mercados específicos para desarrollar un enfoque coherente que aplique a todas las materias primas. De lo contrario, se perderá la oportunidad de abordar la transición energética. Por eso, Siemens Gamesa solicita a las autoridades que:

  • Definan volúmenes de subasta lo antes posible para proporcionar seguridad a las inversiones con tarifas predecibles.
  • Permitan que las subastas tengan en cuenta los aumentos de los precios y criterios cualitativos, como las emisiones de CO2 y cadenas de suministro diversificadas.
  • Permitan almacenar materias primas de forma estratégica y asequible para evitar alteraciones del mercado en fases posteriores.

Se trata de cambios políticos factibles y de pequeño calado que beneficiarán al sector eólico y son fundamentales para lograr los objetivos que se ha marcado Europa.

Invertir en energía renovable genera crecimiento

Situar la calidad por encima de la cantidad no solo es importante para el uso de las materias primas en el sector eólico, sino para la transición energética en su conjunto, porque las energías renovables aportan un valor añadido: su valor social. Este puede adoptar diferentes formas; pero normalmente se traduce en beneficios para las comunidades locales al estimular la actividad económica de la zona y el crecimiento sostenido del empleo.

A veces se critica a las energías renovables por ser demasiado intensivas en recursos en comparación con otras formas de generación de energía, pero esta opinión es incorrecta y demasiado simplista ya que son monetariamente deflacionarias. Aunque su instalación conlleva inversiones iniciales importantes, los costes a largo plazo se mantienen o disminuyen con el tiempo. Por el contrario, los combustibles fósiles son inflacionistas. Cuanto más carbón y petróleo se consumen, menos quedan y más difícil resulta extraerlos, y eso trae consigo un aumento de los precios de las materias primas. A esto hay que añadir la fluctuación de la economía, en la que influyen la política, las pandemias, las guerras y otras interrupciones en las cadenas de suministro. Sin embargo, el viento y el sol son fuentes de energía en las que siempre se puede confiar.

En los últimos siete años, la capacidad de generación de los aerogeneradores marinos se ha duplicado, un ritmo de desarrollo y despliegue sólo comparable al del sector IT. Esta velocidad en su desarrollo conducirá, sin duda, a mejoras que reducirán el número de materiales necesarios en cada turbina.

Las inversiones en energías renovables también resultan en ciclos de crecimiento. Estas inversiones producen innovaciones que aumentan la capacidad de generación y reducen los costes, lo que a su vez aumenta el atractivo de los proyectos de energía renovable para los inversores. El ciclo vuelve a comenzar, con más innovación y mayor capacidad de generación. Este es el motivo por el que, además de inversiones en tecnología de red y almacenamiento, necesitamos importantes inversiones durante todo del ciclo de vida útil de los aerogeneradores. Este proceso solo puede comenzar garantizando la disponibilidad constante de materias primas a precios justos.

 

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