Soluciones renovables en usos finales: bombas de calor para la descarbonización de la calefacción en edificios
La Agencia Internacional de Energías Renovables ha publicado un informe que pone de manifiesto el papel crucial que juegan las bombas de calor eléctricas de alta eficiencia en la descarbonización de la calefacción y el agua caliente sanitaria de los edificios.
Con alrededor del 57% de la población mundial viviendo en áreas urbanas, los edificios representan una fuente importante de emisiones de CO2. A nivel mundial, los edificios representan alrededor de 3 Gt de emisiones directas de CO2 por año, y el uso de electricidad y la combustión de combustibles fósiles asociados a las redes urbanas de calor aumentan esa cifra a 10 Gt anuales de CO2. En el escenario de 1,5 °C para limitar el calentamiento global, la electrificación representa alrededor de la mitad de la reducción de las emisiones directas de CO2 de los edificios para 2050.
En los edificios, el uso directo de combustibles fósiles está dominado por la calefacción de espacios, el calentamiento de agua y el cocinado. En países con temporadas significativas de calefacción, y especialmente en aquellos con climas fríos, la calefacción representa la mayor parte del consumo total de energía y el uso directo de combustibles fósiles de los edificios.
La eficiencia energética puede ayudar a abordar las emisiones de los edificios, pero dada la urgencia de descarbonizar el sector y la dificultad de ampliar las profundas rehabilitaciones energéticas que necesita el parque de edificios existente, es importante descarbonizar el suministro de calor.
A medida que disminuye el coste de la generación renovable, particularmente de solar y eólica, la descarbonización de la generación de energía se ha vuelto cada vez más económica. Con un sector eléctrico descarbonizado, la electrificación de los sectores de uso final proporciona una vía para la rápida reducción de las emisiones de los edificios. Las bombas de calor proporcionan calefacción y refrigeración en los edificios, lo que mejora la eficiencia y aumenta el uso de energías renovables. Por tanto, las bombas de calor de lata eficiencia impulsadas por electricidad tienen un papel crucial que desempeñar en la descarbonización del calentamiento de espacio y de agua en los edificios.
Gracias a la innovación y el desarrollo tecnológico significativos, la crisis de los precios de los combustibles fósiles de 2022 y el apoyo de políticas específicas, la instalación de bombas de calor está creciendo significativamente en una serie de mercados nuevos y existentes. Los países escandinavos han establecido durante mucho tiempo el punto de referencia en este sentido: las bombas de calor han sido la mejor opción para los nuevos sistemas de calefacción durante años. Ahora, desde Bélgica hasta Polonia, otros mercados más nuevos están experimentando un rápido crecimiento. A pesar del creciente despliegue en el mercado en los últimos años, el uso de bombas de calor en países con demandas sustanciales de calefacción de espacios fuera de Escandinavia sigue siendo bajo. Esto debe cambiar rápidamente para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de 1,5 °C para limitar el calentamiento global.
Según datos de la Asociación Europea de Bombas de Calor, el mercado europeo de bombas de calor ha experimentado un crecimiento de dos dígitos (+13%) desde 2015. En 2020, se vendieron 1,6 millones de bombas de calor, lo que supuso un total de 14,9 millones de unidades instaladas, mientras que el mercado aumentó un 34% en 2021, con 2,2 millones de bombas de calor adicionales añadidas, elevando el total instalado a alrededor de 17 millones. Es probable que esta tendencia continúe.
En el World Energy Transitions Outlook 1.5°C Pathway, la electrificación juega un papel principal en el sector de los edificios. Las tasas de electrificación directa para el sector serían las más altas de cualquier uso final, alcanzando el 73% en comparación con el 32% en 2019. La cantidad total de bombas de calor que proporcionan calentamiento de agua y espacios en países de clima frío se multiplicaría casi por nueve. Las inversiones en bombas de calor tendrían que aumentar de un estimado de 12.000 M$ al año en el período 2017-2019 a un promedio de 144.000 M$ al año entre 2021 y 2030, antes de disminuir a 77.000 M$ al año en el período 2031-2050.
