La falta de colaboración internacional amenaza el progreso climático y retrasa el cero neto

Un nuevo informe establece prioridades urgentes para hacer que las tecnologías más limpias sean rápidamente las opciones más asequibles en sectores clave. El informe destaca el impulso creciente en sectores clave, incluida la duplicación de las ventas de vehículos eléctricos en 2021 y un aumento previsto del 8% de la capacidad renovable a mundial en 2022.

El primer informe anual Breakthrough Agenda Report, solicitado por 45 líderes mundiales, presenta un informe del progreso de las acciones necesarias para cumplir con el compromiso histórico con las tecnologías limpias de gobiernos que representan dos tercios de la economía global. Este compromiso, conocido con el nombre de Breakthrough Agenda, tiene como objetivo alinear las acciones de los países y coordinar la inversión, para ampliar el despliegue y reducir los costes en cinco sectores clave, incluyendo: energía, transporte por carretera, acero, hidrógeno y agricultura.

Juntos, estos sectores representan casi el 60% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) en la actualidad y podrían generar la mayor parte de las reducciones de emisiones necesarias para 2030, en un camino que contribuiría significativamente a limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 °C, en línea con los objetivos del Acuerdo de París.

El informe señala un aumento en la cooperación internacional práctica en los últimos años y el progreso en el despliegue de las tecnologías necesarias, a saber:

• Una duplicación de las ventas de vehículos eléctricos en 2021 con respecto al año anterior, alcanzando un nuevo récord de 6,6 millones
• Un aumento previsto en la capacidad renovable mundial del 8% en 2022, superando la marca de 300 GW por primera vez y equivalente al consumo de aproximadamente 225 millones de hogares
• Pronostica una reducción de los costes de generación de electricidad global de al menos 55.000 M$ en 2022, de acuerdo con la nueva capacidad renovable agregada en 2021.

Sin embargo, el informe también advierte que se necesita una cooperación internacional mucho mayor para que el mundo se encamine hacia el cumplimiento de sus compromisos climáticos.

“Estamos en medio de la primera crisis energética verdaderamente global, con consecuencias devastadoras en toda la economía mundial, especialmente en los países en desarrollo. Solo acelerando la transición limpia y sostenible podemos lograr una seguridad energética duradera”, declara el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. “A través de la colaboración internacional, podemos hacer que la transición sea más rápida, más barata y más fácil para todos, gracias a una innovación más rápida, mayores economías de escala, mayores incentivos para invertir, igualdad de condiciones y beneficios que se comparten en todos los sectores de la sociedad. Sin esta colaboración, la transición hacia las cero emisiones netas será mucho más desafiante y podría retrasarse por décadas”.

“La crisis energética y climática ha expuesto las debilidades y vulnerabilidades de un sistema energético que depende en gran medida de los combustibles del siglo XX. Todo lo que no sea una acción radical e inmediata eliminará en última instancia la posibilidad de permanecer en el camino de 1,5 °C”, expone Francesco La Camera, Director General de IRENA. “La Agenda Breakthrough y el informe conjunto de AIE e IRENA envían una fuerte señal antes de la COP27 de que una mayor colaboración internacional puede aumentar la ambición y acelerar el progreso. Avanzar en la transición renovable es una opción estratégica para brindar energía asequible, empleos, crecimiento económico y un medio ambiente más limpio a la gente real”.

El informe presenta 25 recomendaciones para que los líderes las discutan en el Foro de Acción Global de Energía Limpia y la 13.ª Reunión Ministerial de Energía Limpia que se celebrará próximamente en Pittsburgh, Estados Unidos, del 21 al 23 de septiembre. Entre las recomendaciones relacionadas con el sector energético, el transporte y el hidrógeno, se incluyen:

• Demostrar y probar sistemas de energía flexibles con bajas emisiones de carbono para ampliar la gama de soluciones y aumentar la proporción de energías renovables variables
• Crear, durante la presente década, nuevas superredes transfronterizas para aumentar el comercio de energía baja en carbono, reducir las emisiones, mejorar la seguridad energética y mejorar la flexibilidad del sistema.
• Establecer nuevos centros internacionales de experiencia para canalizar la financiación y la asistencia técnica para ayudar a la transición de los países productores de carbón
• Acordar una definición común y fechas objetivo en las que todos los vehículos de carretera nuevos serán cero neto, con el objetivo a 2035 para automóviles y furgonetas y la década de 2040 para vehículos pesados.
• Movilizar la inversión en infraestructura de recarga, incluida la asistencia prioritaria para los países en desarrollo y armonizar los estándares internacionales de carga para impulsar la inversión y acelerar la adopción a nivel mundial
• Estándares para impulsar la reciclabilidad de las baterías e investigación en químicas alternativas para baterías para reducir la dependencia de metales preciosos, como el cobalto y el litio.
• Políticas gubernamentales y compromisos de compra del sector privado para impulsar la demanda y el despliegue de hidrógeno renovable y bajo en carbono junto con estándares para permitir el comercio global.

El informe destaca que, además de generar reducciones de emisiones urgentes, una colaboración más sólida brindará una transición más rápida y económica, al tiempo que impulsará el crecimiento del empleo. La investigación de la AIE muestra que sin la colaboración internacional, la transición global hacia las cero emisiones netas podría retrasarse por décadas. Si bien una nueva investigación citada en el informe muestra que algunos costes tecnológicos pueden disminuir hasta en un 18% para 2030. Por otra parte, las estimaciones de IRENA citadas en el informe sugieren que una transición energética alineada con la limitación del aumento de la temperatura global a 1,5 °C podría crear cerca de 85 millones puestos de trabajo adicionales para 2030 en comparación con 2019, compensando con creces las pérdidas de 12 millones de puestos de trabajo en otros segmentos del sector energético.